Sin duda, la suya es una de las historias más inverosímiles del fútbol moderno. ¿Cómo un chaval que nunca ha jugador de manera profesional pudo embaucar a ocho equipos de la élite? Esta es la trama de cómo un 'don nadie' llegó a ser un 'don alguien'... aunque por poco tiempo.
La serie de aventuras de Darbo comienza en 2012. Con 20 años, el chaval, de origen gambiano, abandona la cantera del Le Mans por decisión del club. No valía para un equipo de dicho nivel y no le ofreció renovación de contrato. El jugador se quedó libre y, en vez de aceptar su fracaso, decicidó buscar el éxito de una manera fácil, a la vez que arriesgada.
Acompañado de su padre, Darbo viajó a Inglaterra. Ambos visitaron las instalaciones de Sunderland, Newcastle y Wigan Athletic... acompañados de varios informes de rendimiento falsos. Los dos primeros equipos le ofrecieron una prueba y el joven no la superó, pero el Wigan se fió de una supuesta carta de recomendación de, nada más y nada menos, que el Bayern de Múnich.
Su padre y agente le mostró a la directiva del Wigan Athletic un informe firmado, supuestamente, por uno de los miembros del cuerpo de ojeadores del club bávaro y le advirtió que tenía otras ofertas sobre la mesa y que no podía esperar. Los 'Lactis' le ofrecieron un contrato de tres años que el jugador acabó firmando. Eso sí, en el club sólo duró unos días, pues el Wigan recibió un aviso y canceló su contrato antes de que fuera inscrito en la competición.
Pero viendo que esta primera toma de contacto había funcionado, Darbo y su padre apuntaron más alto. Llegaron a Croacia y visitaron las instalaciones del Dinamo de Zagreb en 2013. Allí, el mismo cuento de siempre: canterano del Bayern. El equipo le ofreció una prueba pero su padre negó esa posibilidad. Preguntó si no era prueba suficiente haber jugado en la cantera del club más importante de Alemania... y fue fichado.
3 años de contrato a partir de agosto con un equipo de Primera División Croata. El nivel subía, pero para alargar el cuento, finjió unas molestias que le tuvieron casi dos meses sin entrenar con el equipo. En cuanto se recuperó, el Dinamo le incluyó en la lista de 23 jugadores para la Europa League... y en diciembre rescindió su contrato. No le dio tiempo ni a debutar. Dos semanas entrenando le hicieron ver al cuerpo técnico que Darbo no había jugado nunca en una categoría profesional. Eso sí, se llevó un buen pellizco gracias a la rescisión de su contrato por parte del club.
A partir de aquí llegó su carrusel. En Enero de 2014 fichó por el Inter Turku, un equipo de Primera División Finlandesa, en el que tampoco debutó y sólo duró un mes. Desde febrero a julio se dedicó a elegir a su nueva víctima, encontrandola en Italia. El Crotone, equipo de Serie B, sería su próximo destino.
Con su carta de presentación 'llegada' desde Múnich, además de vídeos 'fake' en Youtube, Darbo logró convencer a su nuevo equipo, tanto que le cedieron el dorsal número 10 y le prometieron que sería una pieza clave del equipo. Él, consciente de que no daría la talla, se desvinculó del club por unos supuestos insultos raciales de los aficionados (sin haber debutado).
Sin embargo, todas las historias llegan a su fin y esta no terminó en Grecia, pero sí se acabó desnudando en el país helénico. El padre de Alieu cambió de táctica y fracasó en el intento. Esta vez tratarían de estafar al PAOK para llevarse un nuevo pellizco económico, pero en vez de carta de recomendación del Bayern, llevaban unos informes falsos que supuestamente procedían del Borussia Dortmund.
Pero Zisis Vryzas, un ex jugador del equipo griego, para asegurarse de la veracidad de la referencia del padre de Darbo, llamó a su amigo Michael Zorc, una leyenda del Borussia y le preguntó sobre el chico. Zorc negó haber oído nunca hablar sobre él, lo que formó un gran revuelo en Tesalónica. Tanto que un grupo de ultras radicales del equipo acudieron al hotel en el que se hospedaba Darbo para intimidarle con el objetivo de que se marchara. Y lo acabó haciendo de manera voluntaria.
Su aventura prosiguió, aunque los engaños de Darbo bajaron de categoría. Según 'Expressen' 'Ostlendingen', dos de los medios que destaparon la trama, el jugador pasó por el Levante B (aunque no llegó a ser si quiera presentado), el Ittehad egipcio y el Naxxar Lions maltés, último equipo en el que ha militó, en 2016. Debutando, tan sólo, en estos dos últimos equipos, en los que sólo sumó tres y dos encuentros respectivamente... antes de ser despedido.
Ocho equipos estafados, ocho camisetas que coleccionará en su armario, todas ellas limpias y sin estrenar (obviando las del Ittehad y el Naxxar Lions). Ocho entidades a las que no sería de extrañar que se uniera alguna más cegada por unos 'informes' de jugador de leyenda... que a lo único que jugó fue a reirse de media europa.