Francia programó siete amistosos preparatorios para antes del Mundial. Ganó a Gales y empató contra Alemania en noviembre. En marzo se midió a Colombia, con nefasto resultado, y a Rusia, un partido en el que la ilusión volvió a 'les Bleus'.
Las buenas sensaciones es confirmaron en los amistosos disputados justo antes del debut. Se ganó a Irlanda, y también a Italia. Pero contra Estados Unidos, a una semana de debutar en Rusia, se volvió a tropezar.
El empate contra el 'USA Team' volvió a llenar de dudas a 'les Bleus'. Y el Mundial no comenzó especialmente bien. Sí, se ganó a Australia (2-1), pero Francia jugó mal, muy mal.
Deschamps cogió el toro por los cuernos y cambió el esquema. Griezmann, a la mediapunta; Dembélé, al banquillo; Giroud, la referencia. Matuidi se hizo amo y señor de la banda izquierda, y entre Pogba y Kanté se dio solidez a una defensa que no varió.
La jugada le salió bien a Francia. Ganó a Perú, sin brillar en exceso, por un gol a cero. Ya clasificada, el intrascendente duelo contra una Dinamarca igualmente en octavos con el empate fue eso, intrascendente. Un empate a cero, el primero del Mundial, que aburrió hasta al fan más incondicional.
En los octavos empezó el verdadero Mundial para 'les Bleus'. Argentina, su primer escollo. Una Argentina con el orgullo herido y que cayó eliminada en la primera gran exhibición del futuro Balón de Oro Kylian Mbappé.
El 4-3 llenó de moral a los chicos de Deschamps, y tras eliminar en cuartos a Uruguay, todos empezaron a creer que el triunfo final era posible. El 0-2 a la 'Celeste' terminó por cambiar la mentalidad de Francia.
Ante Bélgica, en semifinales, la consagración. Un solitario gol de Umtiti, de cabeza, en el segundo tiempo, bastó. Francia anuló a sus vecinos belgas y selló su pase a la gran final.
Allá se enfrentaría a Croacia, que llegaba a Moscú en las últimas, tras jugar tres prórrogras en las tres eliminatorias previas. Era cuestión de tiempo que el poderío físico de Francia se impusiera a la tenacidad croata.
Un 4-2 histórico para 'les Bleus', que les devuelve al Olimpo de los campeones veinte años después. Por el camino, seis victorias, un empate, catorce goles a favor y sólo seis en contra. Francia ha vuelto.