La crisis ya es una realidad en Mestalla. Pese al espejismo de Stamford Bridge, el conjunto 'che' volvió a las andadas en Liga y tropezó en casa ante el Leganés en un encuentro en el que el público acabó pidiendo la marcha de Peter Lim con una clamorosa pañolada.
Antes, en los más de 100 minutos que duró el partido entre los 90 reglamentarios y dos interminables alargues, el Valencia volvió a ser el equipo plomizo del comienzo de la temporada.
Se adelantó con un penalti riguroso transformado por Parejo y pareció ser suficiente para sumar los tres puntos ante el peor equipo de la Liga, pero el Leganés estuvo a mejor nivel que en los últimos encuentros y se llevó un punto de oro.
Punto que pudieron ser tres si Cillessen no hubiera salvado a Celades y los suyos en un contragolpe culminado por Kevin en el 96', ya con el estadio 'che' en llamas.
Y no fue porque el Leganés no hubiera avisado antes. Pese al tanto de Parejo desde los once metros, que llegó por inercia, el Leganés ya anticipó lo que estaba por venir con un chut al palo de Óscar Rodríguez y terminó disparando mucho más que el Valencia, que firmó un nuevo partido para olvidar en casa.
El propio canterano del Real Madrid haría el 1-1 todavía en la primera parte, al cazar un balón suelto que no fue fuera de juego por centímetros para superar a Cillessen.
El Valencia mandó tras el descanso más por obligación que por méritos, pues la defensa de Pellegrino funcionó a las mil maravillas esta vez. Los 'pepineros' nunca renunciaron al 1-2 al contragolpe y cuajaron su mejor partido de lo que va de Liga para estrenar su casillero de puntos.
La más clara de la segunda parte la tuvo Garay, que voleó en el área para encontrarse con Bustinza casi sobre la línea. El zaguero, con la mano pegada al cuerpo, evitó con el brazo el 2-1 en uno de los últimos arreones locales.
Luego llegó la mencionada oportunidad de Kevin, el paradón de Cillessen y la constatación de que la crisis del Valencia ya no es un espejismo. Cualquiera diría que hace un puñado de meses se ganaba la Copa y se festejaba la clasificación de la Champions. Ahora, este Valencia ya no asusta a nadie.