El encuentro comenzó con una noticia inesperada para los 'foxes'. A la media hora de juego, Jamie Vardy vio la roja directa por una dura entrada sobre Diouf. Se le ponía el partido cuesta arriba a los de Ranieri.
Tras esto, el Stoke aprovechó el golpe anímico recibido por su rival y marcó dos goles en sólo siete minutos por medio de Bojan, de penalti, y Allen.
Sin embargo, el descanso sentó de maravilla a un Leicester que tuvo que esperar al último cuarto de hora para igualar el marcador. Leo Ulloa hizo el 2-1, gol que tuvo que validar el ojo de halcón, mientras que Amartey puso las tablas a un minuto del final.
Con este empate, los de Ranieri continúan fuera del descenso, aunque los tres puntos que le separan del Sunderland no dejan tranquila a la afición. Por su parte, el Stoke se sitúa en mitad de la tabla con 21 puntos.