El Espanyol regresó a LaLiga en el último lugar, pero sus cuatro puntos en dos partidos le hicieron llenar de ilusión a la parroquia 'perica'. En el tercero se midió a un Levante con prisas de coger oxígeno y acabó quitándoselo a los de Abelardo.
El conjunto catalán ha caído de nuevo al pozo, desaprovechando la oportunidad de echar a volar para salir de los puestos que más queman de la tabla. No pudo ser, el Levante tuvo más pegada y hasta pudo llegar a golear.
Diego López fue santo desde el principio y tuvo que estar muy atento en los 90 minutos. Bardhi fue el primer en soltar el primer golpe y se encontró con un muro que terminó siendo derribado a la jugada siguiente.
Al Espanyol le faltó ese punto tensión, necesidad y frescura que le acabó pasando factura. En la defensa también se echó de menos la contundencia para frenar a Borja Mayoral, que con la suerte de un rebote pudo lograr el abrir la lata mientras se caía.
El Espanyol reaccionó más o menos rápido porque esta vez los que no estuvieron atentos fueron sus rivales. David López fue el más listo de la clase al ganarle la posición a su par, girar el cuello y llevar el balón hasta el palo largo. Imposible para Aitor.
Había esperanza al final del primer tiempo, y eso que el Levante avisó con un gol anulado a Campaña por un fuera de juego que no fue protestado. A la segunda parte le costó más entrar en temperatura y volvió a herir el Levante.
Bardhi quería su gol y lo consiguió con un disparo fuerte y raso con el que dio paso a una oleada que David López pudo contener sin casi ni saber cómo. La fe del Espanyol se fue diluyendo y creciendo la bombona de oxígeno de un Levante que suma cinco puntos en tres partidos. Adriá Pedrosa cerró el asunto con un gol en propia meta cuando quiso meter la pierna para despejar. El Espanyol retrocede y tendrá que remar de nuevo.