Juan Antonio Anquela se convirtió hace unos meses en el nuevo entrenador del Oviedo con el único objetivo de pelear por el ansiado ascenso a Primera, después de una travesía por el desierto que ya dura demasiados años para un histórico del fútbol español.
La llegada del técnico jiennense generó una tormenta de dudas entre la afición del Carlos Tartiere, que no le veía como el candidato idóneo para afrontar el mismo reto que terminó por consumir la primera etapa en los banquillos de Fernando Hierro.
Ha tardado 14 jornadas el nuevo proyecto carbayón para empezar a destilar ilusión. Con el triunfo en el campo del Gimnàstic del domingo, el equipo de Anquela logró romper el maleficio que mantenía lejos del Tartiere y venció por primera vez este curso a domicilio.
En Tarragona, el Oviedo remontó para llevarse hacia tierras asturianas los tres puntos, en un partido que ejemplifica a la perfección el buen momento que atraviesa el equipo azul, toda vez que el estilo de Anquela ya ha calado.
El ex técnico de Alcorcón o Granada nunca dejó indiferente a nadie. Tampoco lo está haciendo en esta etapa y su método se basa en estrujar al máximo a su plantilla, que ya agradece el estilo tan implacable.
Habrá que ver dónde está el techo del Oviedo, que ya está décimo y tiene a sólo tres puntos los puestos de 'playoff' de ascenso, y si esta temporada es la del regreso a Primera, después de casi dos décadas sin pisar la élite.