Porque el 3-1 que echó el candado al choque es un resultado engañoso. Si no es por David de Gea, imponente en Anfield, si los delanteros del Liverpool hubieran llegado a tener algo más de acierto, la paliza habría sido histórica. La estadística: 36 tiros totales contra 6. Impresionante.
La diferencia existente entre el Liverpool y el United en la actualidad se pudo comprobar en los primeros 30 minutos. 30 minutos de agobio para el equipo de Mourinho, incapaz de salir no ya de su campo sino de su área. Sólo se veía rojo. De azul vestían los chicos de Mourinho este domingo. Hay una galaxia entre ambos.
Si el roñoso planteamiento de Mourinho logró que el partido se fuera al descanso con un incomprensible 1-1 visto el juego y las ocasiones de uno y otro, es porque en esta ocasión falló Alisson, que le dio al balón con la rodilla al interceptar un centro y por allí andaba el certero Lingard.
El Liverpool volvió a confirmar que su presencia en la cima de la Premier no es casualidad. Su coreografía hizo disfrutar a Anfield, volvió a avisar de su crecimiento como bloque. Fabinho, Keita y Wijnaldum mandaban, Firmino, Salah y Mané bailaban. Hace tiempo que puede dejar de ser considerado únicamente como un equipo contragolpeador.
Mención especial para Mané, omnipresente en todo el frente de ataque y una tortura para Lindelof, Bailly, Darmian y compañía. Ni los cinco atrás (con Young y Dalot como carrileros) evitaron el torrente ofensivo de un Liverpool que aun así necesitó del oportunismo de Shaqiri para ganar.
Tras varias intentonas de Firmino, Fabinho y el propio Mané, el senegalés controló un gran balón del centrocampista brasileño y sin dejarla caer definió de zurda y de volea. Golazo.
En el United sólo apareció el talento una vez: carrera de Herrera, que detectó a Lukaku en la izquierda y el centro de éste se le escapó de las manos a Alisson. Lingard anotó al cazar el rebote.
De Gea volvió a obrar milagros al sacar un durísimo disparo de Firmino al poco de comenzar la segunda parte. Lovren, que casi hace el 2-0, pudo anotar también. El Liverpool controlaba, ya sin el ardor de la primera parte, pero seguía agotando a un United que recurrió a Fellaini para encontrarle en largo. Esta vez no funcionó.
Entró Shaqiri, aprovechó otro rebote tras parada de De Gea en el área y marcó a los dos minutos y algo de estar en el campo. Ahí se disolvió el United, otra vez golpeado por el suizo para el 3-1 definitivo. Hasta el final el Liverpool bordeó el cuarto y el United se dedicó a aguantar el 3-1 como si de una ventaja se tratara.
Con esta victoria, el Liverpool se pone en primera posición de la Premier League con 45 minutos. El United se queda sexto con 26.