Los hinchas israelíes llenaron el estadio de pancartas, flores y un mosaico imponente. El Maccabi quiso rendir pleitesía y compartir tristeza con Jordi Cruyff, el hijo de Johan y director deportivo del equipo de Tel-Aviv.
En el último partido que vio Johan, el Maccabi, además, ganó por cinco goles a cero al Hapoel Kfar Saba, lo que da un simbolismo especial al estadio y al equipo.
Ayer, 11.982 aficionados del Maccabi se dieron cita para decir adiós al mito del fútbol y honrar a uno de los protagonistas más relevantes de la historia reciente del Maccabi, Jordi Cruyff, que ha cambiado el destino del equipo en los últimos años desde la dirección deportiva.