Lo que Cruyff confeccionó y Guardiola puso en órbita, el preciosista fútbol que tantos frutos le ha dado al Barcelona, ahora es el 'modus operandi' del Madrid de Lopetegui. El técnico cumple este sábado 100 días en el banquillo 'merengue', convencido de esta nueva fórmula y, sobre todo, convenciendo al público del Bernabéu.
Porque el Madrid ha pasado de ganar a los golpes a hacerlo al toque. Dominando, abusando de la posesión, sumando ocasión tras ocasión. Para muestra, la exhibición ante la Roma -semifinalista de Champions el pasado año, en la que el Madrid completó el mejor partido de lo que va de temporada.
Mientras tanto, en Barcelona se ha establecido el pragmatismo de Valverde, al que los resultados le sonríen pese a haber dejado por el camino parte del ADN blaugrana. No es que ya no guste 'sobar' la pelota, es que el Barcelona ha adquirido nuevos automatismos, ni mejores ni peores, que Guardiola en su momento dejó de lado.
Con Zidane, el Madrid conquistaba por empuje y verticalidad en la vanguardia. Con Lopetegui, el equipo promedia un 70% de posesión en Liga (mismo dato que el Barcelona) y un 67% si sumamos el partido de Champions. En pases, también manda el Madrid: 737 a 735. La mano de Julen ya se nota.
Kroos, Modric, Isco, Asensio, Benzema... la nómina de jugadores para implantar este estilo seduce a cualquiera. Además, Lopetegui ha dado confianza desde el inicio a otro 'jugón' como Ceballos, que a expensas de pulir sus defectos sigue mostrando que el talento se le cae de los bolsillos. Jugar, jugar y jugar. Esa es la idea.
A la faceta ofensiva hay que sumar otra de las señas de identidad del Barça en los últimos años, la presión adelantada. Con Guardiola, el conjunto 'culé' se infló a robar balones en la cercanía del área rival que dieron multitud de goles. Lopetegui, al igual que hiciera con la Selección Española, también propone ir a la búsqueda del balón. Zidane, por contra, abogaba habitualmente por esperar.
Es el nuevo Madrid, que está ilusionando a su afición pese a que durante el verano se quedó sin la que era su estrella indiscutible. Ahora llegan los goles de Benzema, Bale luce sin lesiones, Isco y Asensio tienen galones y Lopetegui, desde su mirilla del banquillo, contempla que su idea está dando frutos.