Tres goleadas y un triste empate a cero del que ya nadie se acuerda en el club blanco. El Madrid ha recuperado el olfato goleador y ha golpeado sin piedad a sus rivales: Leganés, Galatasaray y Eibar. Solo el Betis se salvó del chaparrón.
Hay un Madrid antes y después del fin de semana de descanso obligado por el aplazamiento del 'Clásico'. El Madrid ha pasado de ser un equipo perdido, que jugaba sin un estilo definido, a ser un rodillo (en tres de los cuatro partidos).
A esa explosión goleadora hay que unirle el hecho de que no ha encajado en ninguno de los cuatro enfrentamientos, algo muy poco habitual en este equipo, que por momentos se mostró terriblemente débil en defensa.
Ahora le toca un nuevo parón al Madrid, tras el que le tocará recibir a la Real Sociedad, al PSG en Champions y visitar al Alavés de nuevo en Liga. Todo en apenas una semana.
Zidane debe trabajar para mantener la buena predisposición de los suyos tras este parón internacional, al tiempo que cruzará los dedos para que el 'virus FIFA' no cause estragos y un equipo que, pese a todo, parece funcionar en un equilibrio muy pecario