La cocina blanquiazul andaba patas arriba tras la derrota ante el Extremadura. Muñiz dejó los cuchillos a su sucesor, Víctor Sánchez, que ha conseguido juntar los ingredientes necesarios para firmar el mejor partido de la temporada malacitana.
El chef fue el técnico madrileño, que ya en su primera rueda de prensa convenció a los malaguistas con una palabra: ambición. Pero, sobre todo, ganas e ímpetu para encarar un tramo final de curso que se presenta asfixiante en la zona alta.
Los jefes de cocina pusieron toda la carne en el asador del ataque blanquiazul. Estos son fáciles de adivinar, encabezados por un tal y enorme Ontiveros, acompañado a su vez por el mejor escudero, unas veces haciendo de tiburón y otras del mejor asistente.
Blanco Leschuk protagonizó una de sus mejores noche como jugador del Málaga. Luchó, robó, buscó el espacio y repartió juego. Es difícil tener un '9' tan completo para el físico tan definido que sostiene el argentino, el Málaga lo tiene y parece haber encontrado la llave para sacarle partido.
Las primeras gotas de magia las aportó el extremo marbellí. Verticalidad, desborde y mucho -pero que mucho- descaro. Víctor sabe de la importancia de Ontiveros en su esquema y, desde el primer día, le ha tratado entre algodones.
Disparo desde la frontal pegado al palo que abría una gran noche para el '17'. Un cuarto de hora después, llegó el 0-2, por obra de Adrián González, que recibió una excelente dejada de Blanco para fusilar dentro del área a Dani Jiménez. Entre máximos goleadores se entienden.
Penalti tan torpe como innecesario
La única nota negativa para el Málaga la puso N'Diaye. El centrocampista senegalés golpeó con el codo a David Fernández y Juan Muñoz, al filo del descanso, se encargó de transformar la pena máxima y así dar vida al Alcorcón, que prácticamente había deambulado al ritmo del dominio blanquiazul.
Cuando todo parecía que iba a cambiar, con un estadio de Santo Domingo apretando tras la reanudación para buscar el empate, unos jugadores espoleados por la última victoria en La Romareda, fue entonces cuando el Málaga confirmó su resurrección en esta loca categoría llamada Segunda División.
Blanco volvió a ganar la espalda a la defensa 'alfarera' y asistió al espacio para que Renato Santos se estrenara en Liga con una precisa y excelente vaselina. El Málaga volvía a poner tierra de por medio en el electrónico, pero quería más, su ambición no se quedaría ahí.
Solo quedaba el tremendo golpeo de Ontiveros a balón parado para cerrar una noche mágica para los blanquiazules. No obstante, Dani Jiménez pudo hacer más. El Alcorcón se queda en tierra de nadie tras el paso del 'huracán Víctor', que regresa a Málaga cargado de puntos y de ilusión.