Mingo Oramas declaró también que, aunque la dimensión de la UD Las Palmas nada tiene que ver con la de la entidad palmera, trabajar en un equipo histórico de la comunicad autónoma y con los objetivos claros desde el inicio le motiva lo suficiente para estar contento y satisfecho.
El técnico llegó a la entidad rojinegra la temporada pasada a finales del mes de febrero, cuando fue cesado el entrenador Jaime Molina Mata. Su reto fue intentar salvar la división de bronce y tras doce partidos, con cinco victorias, tres empates, cuatro derrotas, trece goles a favor y otros tantos en contra, quedó a las puertas de ello.
El club apostó por su continuidad y esta campaña, tras siete jornadas, su equipo lidera la competición con seis victorias, en una liga que se presenta muy igualada.
"Trabajamos para estar entre los mejores afrontando cada partido como una final, pero sin pensar más allá de ahí, aunque el objetivo del club es intentar volver a la categoría de bronce y para eso nos organizamos", reiteró.
También relató que el Mensajero está muy bien, "es un club que nos deja trabajar, que apuesta por la buena organización, me han dado todas las posibilidades para desarrollar nuestra labor, y estamos muy contentos y motivados".
Ahora llega el derbi que paraliza la ciudad de Santa Cruz de La Palma, del que el preparador opina que es un partido de los de antes, de los que hacen afición, de los que a todo jugador o entrenador le gusta tener en su currículum.
"No he tenido la oportunidad de vivirlo antes, aunque con la Unión Deportiva si disputé algunos clásicos de filiales, tanto en juveniles como en Tercera, pero estoy convencido que estos encuentros tienen algo más especial, otra manera de vivir el fútbol entre los modestos", aseguró.