El Stade Saint-Symphorien no tendrá público, pero albergará un partido completo, como si nada hubiese ocurrido el pasado 3 de diciembre.
El Metz-Olympique de Lyon tuvo que suspenderse cuando quedaban 34 minutos más el descuento para que terminase, debido a que Anthony Lopes, guardameta del conjunto visitante, fue alcanzado por un petardo.
La Comisión de Disciplina de la LFP, además de obligar a repetir el partido desde el inicio, decidió castigar a los locales con tres puntos de sanción, que serán reducidos si los aficionados no vuelven a tener un comportamiento de este tipo.