Cuando el destino está escrito, nadie parece capaz de cambiarlo. En el Reale Arena debía vencer el Valencia, y así fue. No es un mandato divino, es el milagro de Javi Gracia a base de trabajo y de montar, con piezas limitadas, un equipo compacto, serio en defensa para crecer a raíz de ahí y aprovechar las escasas ocasiones de gol que existan para el conjunto 'che'.
Y es que el Valencia, que ha dejado marchar a sus estrellas y no ha fichado a nadie -el motivo del cabreo de Gracia-, dormirá este martes líder de Primera División. Pero, a pesar del 0-1, nadie del Reale Arena se puede ir descontento por su trabajo a casa. La Real Sociedad hizo todo por ganar, y lo mereció, pero en este deporte, tan cruel y bello a la vez, lo que importan son los goles.
El Valencia de Javi Gracia lo sabe. Vaya si lo sabe. En Mestalla frente al Levante anotó cuatro goles para ganar, y en Balaídos marcó cuando menos lo esperaba nadie, también gracias a un Maxi Gómez en racha: tres goles en cuatro partidos. Ante la falta de la calidad de jugadores como Rodrigo, Parejo y cía, el equipo se ha echado a los brazos de la cantera.
Thierry Correia, Guillamón, Musah, Kang-In Lee, Álex Blanco... Actores inesperados a los que Javi Gracia ha colocado como protagonistas en la montaña rusa del Valencia. Luego, los buques insignia como Gayà, Kondogbia, Wass y Maxi Gómez aportan el resto del trabajo y experiencia en un equipo hecho a base de circunstancias.
En la Real Sociedad repetía Silva, junto al sueco Isak, como líder de un frente ofensivo apuntalado por Januzaj y Barrenetxea. La primera parte sirvió como reparto de golpes. El conjunto de Imanol dominó durante algunas fases, con más verticalidad que un Valencia sin demasiada profundidad al margen de las internadas del capitán Gayà.
Los disparos lejanos de Wass y un remate inverosímil de espuela de Isak fueron lo más destacado de una primera parte que invitaba a pensar en el empate. No así el segundo tiempo, donde la Real Sociedad manejó el encuentro a su antojo para dar con el gol que le diera la victoria y le aupara a lo más alto de la clasificación. No solo no lo encontró, sino que el Valencia dio la campanada.
En una contra de manual y tras un cambio de orientación perfecto de Wass, Gayà puso un centro perfecto al área que Maxi Gómez solo tuvo que empujar. Un caramelo que el uruguayo no iba a dejar escapar para electrocutar el choque en el Reale Arena. Los cambios sentaron mejor al Valencia, que mostró una solidez defensiva descomunal.
Pero, finalmente, también hace falta que la suerte te sonría en victorias tan trabajadas como esta. El VAR intervino en el 95' para anular un gol de Le Normand tras un barullo en el área y empujones doquier. Aritz Elustondo, antes de que entrara completamente el balón, tocó con el brazo. Involuntariamente, sí, pero ayudó al gol. El Valencia amarró una victoria increíble que le coloca líder.