Desde el primer minuto vimos muy claro qué intenciones iban a tener ambos equipos. El Austria de Viena iba a esperar sus opciones a la contra, mientras que el Milan quería dominar el balón.
Una de las dos estrategias resultó mucho más efectiva, la 'rossonera'. Porque sólo necesitaron los de Montella siete minutos para inaugurar el marcador.
Tuvo Çalhanoglu la primera ocasión del partido, y a la segunda que tuvo, su zapatazo no lo pudo repeler Hadzikic. Fue una muestra de lo que iba a pasar de entonces en adelante.
Porque el Austria fue una concatenación interminable de ganas de atacar y errores en defensa, uno tras otro que los milanistas no desaprovecharon.
Tres minutos más tarde, André Silva marcaba el segundo para los suyos, y diez más tarde, en el 20, el tercero. Casi a cada llegada, el Milan marcaba. Y un hombre era señalado: Kadiri.
El central del conjunto local estuvo presente en cuatro de los cinco goles, bien por pérdidas, bien por errores de marcaje o bien, como en el quinto, por mala fortuna. Pero no adelantemos acontecimientos.
Con el 0-3 el Milan levantó el pie. No era plan de hacer sangre, y el Austria, noqueado, lo agradeció. Tras el descanso, la historia fue otra.
Porque los locales salieron en tromba, buscando pillar desprevenidos a los italianos, y vaya si lo lograron. Borkovic, quien entró al filo del descanso por la lesión de Westermann, enganchó la que tuvo y recortó distancias.
Pero fue un espejismo. Menos de diez minutos más tarde André Silva, en posición antirreglamentaria, tras pase de Kessié, volvía a poner al Milan a distancia de tres marcando el 1-4.
Aún quedaba la traca final por llegar. Suso, entrado a cuarto de hora del final, puso la guinda al pastel en el primer balón que tocó. Vio adelantado al portero rival y no se lo pensó.
Soltó un zapatazo que contó con la inestimable colaboración del de siempre esta ncohe, Kadiri. Tocó en él, hizo un extraño, y Hadzikic fue incapaz de pararla. Punto y final para un partido que estaba resuelto en el 20'.
De este modo, el Milan presenta su candidatura, como poco, a dominar el grupo, del que es el primer líder. El Austria de Viena necesita mejorar muchas cosas si quiere alcanzar los dieciseisavos.