Sueña en grande el histórico club porque así lo hace su joven y millonario mandamás. "Estamos en Segunda B y apuntamos a ascender pronto a Segunda, como máximo en dos años. La idea es estar en Primera en cinco. Esos son los tiempos que nos fijamos en un plan que es mucho más profundo", comentó Caselli en la entrevista.
Esa reforma estructural también sonó ambiciosa en sus palabras. "Me encanta la ciudad, y aquí el Burgos es solo un club de fútbol. Pero yo quiero ser parte colaborando también en el desarrollo de otros deportes en la ciudad, como el rugby y el baloncesto. No vengo de paso. Por algo vamos a firmar un contrato a 20 años con el ayuntamiento a cambio de inversión en el estadio municipal", dijo.
El empresario de 50 años, que ha bajado a la mitad el precio de los abonos y empieza a meterse a la gente en el bolsillo, explicó que fue embajador en Argentina de la Soberana Orden de Malta y que le fue bien con una fábrica de quesos y otra de algas marinas.
Y dejó su currículo para ser en el futuro presidente del club de sus amores: "Quiero demostrar en el Burgos que hay otro modo de gestionar y que se puede aplicar en River. Cuando vean en River todo lo que bueno que hago en el Burgos, se darán cuenta de que soy la mejor opción".
Aun así, señaló que el Burgos "nunca correrá peligro" y que ha llegado al club "para quedar en el historia".