El partido tuvo tres partes tan diferenciadas como dispares entre ellas. El inicio, así como todo el primer tiempo, sólo tuvo el color blanquirrojo del Mónaco como titular.
El City parecía un equipo de otra categoría. Un pequeño, que se suele decir. Cumplía todas las condiciones: cero poder ofensivo, ninguna intención con el balón y un sentimiento de inferioridad que se vio reflejando en los números (21 ataques de los de Jardim por tres del City al descanso).
Mbappe llevaba todo el peligro de un equipo que tenía claro que tenía que mejorar la imagen del Etihad, estadio en el que desperdició una gran ocasión para haber puesto tierra de por medio en la ida.
Dentro del asfixiante dominio de los monegascos llegó el primer gol, que estuvo precedido por un aviso de Mbappe que salvó Willy. Pero a la segunda fue la vencida para el atacante, que anduvo listo y remachó con el pie un servicio al corazón del área chica.
Como si de un tornado se tratase, el Mónaco no se frenó en la primera casa que arrancó, y se volcó a por el segundo tanto. El propio Mbappe vio cómo le anulaban un tanto de forma acertada antes del 2-0.
Ese tanto llegó tras una buena jugada de Mandy por la izquierda. El jugador puso el balón dentro del área grande, mismo lugar en el que esperaba Fabinho para batir a placer a Caballero.
Los locales se veían al fin por delante en una eliminatoria que estaría a punto de sufrir otro lavado de cara tras la reanudación.
Descanso y cambio total de roles
El segundo tiempo trajo un partido totalmente diferente. Parecía que el campo en el que ahora atacaban los ingleses estaba volcado, ya que el Mónaco se disfrazó de azul y emuló la pasividad de su rival en los primeros 45 minutos.
Silva, Sané y un desacertado Agüero comenzaron a encontrarse y a producir ocasiones, las mismas que el argentino mandó al limbo hasta en tres claras opciones de gol.
Subasic le ganó la partida al 'Kun', pero un mal despeje del meta puso en bandeja el 2-1 para Sané. El extremo se vio beneficiado de un rechace del portero tras una buena jugada de Sterling. Todo volvía a su origen. Empezaba el 'tercer tiempo' de la vuelta.
Bakayoko llegó para llevar al Mónaco al cielo
Cuando mejor estaba el City, llegó un mazazo que sería definitivo por parte de los pupilos de Jardim. Bakayoko voló para conectar un testarazo ante el que nada pudo hacer Caballero y la eliminatoria volvía a ponerse de cara para los monegascos.
Al final, el City no encontró el camino del gol y tuvo que bajar los brazos con un pitido del colegiado que fue el punto final a otro capítulo más en esta Champions abonada a las remontadas.