El conjunto de Emery ha vuesto a mostrar su peor cara. Con falta de intensidad en la presión y, sobre todo, una nula precisión de pase a la hora de subir al ataque, los parisinos dominaron la posesión durante la mayor parte de la primera mitad.
Eso sí, las posesiones de los parisinos eran totalmente estériles, tanto que el Montpellier, con mucha menos presencia en campo rival, demostraba mucho más peligro cada vez que subían al ataque.
Así pues, la efectividad del equipo local comenzó a verse a partir del minuto 42, cuando Lasne inauguró el marcador al aprovechar un pase de Mounie, un gol que subió con potencia la moral del Montpellier.
Con mucha más fe en la segunda mitad, los de casa experimentaron su segunda alegría en el 49', cuando Sanson le sirvió un balón a Skhiri para que pusiera el 2-0. El propio Sanson asistió también en el gol definitivo, obra de Boudebouz a diez minutos del final.