El motivo, es muy simple. CR7 vio a su compañero de equipo Luka Modric llorando tras la derrota y, por respeto a él, no quiso festejar su victoria.
Pese a que la felicidad de todo el equipo de Portugal era desbordante, Cristiano Ronaldo se limitó a saludar uno a uno a los futbolistas y se fue en busca de Modric, al que intentó consolar.
Ahora, Cristiano ha explicado el motivo de su comportamiento en 'Radio Sarajevo': "No podía celebrarlo en el campo porque mi hermano Luka Modric estaba llorando. Era mi deber consolar a mi hermano".
Sin duda, un gran gesto de deportividad de Cristiano Ronaldo, siempre foco de las críticas y los comentarios negativos.