El cuadro de Sarri se complicó la vida en Champions League después de no lograr derribar el muro planteado por Rebrov, con una pareja de centrales, compuesta por Vida y Khacheridi, concentrada en plasmar sobre el campo lo planeado.
La baja de Milik la sigue acusando el Nápoles. Mertens, reconvertido a delantero centro, se mueve perfectamente entre líneas, pero no posee el mismo olfato goleador que el del futbolista polaco.
Callejón e Insigne se volcaron en banda para lograr llegar a la meta de Rudko, pero ni aún así fue posible abrir el marcador. Fuego a discrección, esa era la idea, pero la defensa del Dinamo de Kiev repelía cualquier llegada con un mínimo de peligro.
Gabbiadini entró en la segunda mitad para intentar hacer lo que no había podido llevar a cabo el tridente napolitano, pero ni aún así fue posible. El Dinamo consigue su segundo empate en esta fase de grupos, mientras que el Nápoles se complica la vida en el grupo más igualado.
El conjunto de Sarri y el Benfica están empatados a ocho puntos, y se enfrentarán en la última jornada en un duelo a vida o muerte, mientras que el Besiktas es tercero con siete. El Nápoles necesita ganar o empatar, mientras que si pierde y el Besiktas gana o empata, pasarían los turcos por el 'goalaverage'. Menuda última jornada.