El fichaje de Lenglet por el Barcelona fue una de las bajas más notables para la plantilla del Sevilla, que ahora está en la busca activa de un zaguero a su altura.
Sin embargo, su ida no solo se reflejará en el terreno de juego, sino también en las arcas nervionenses. Y es que, según informó 'L'Est Republicain', el Nancy, el club en el que se formó el galo, reclamó su parte del negocio.
Concretamente pidió al conjunto de José Castro el 10% referente a los derechos de formación, al tratarse de un jugador menor de 23 años cuando firmó por el Sevilla en enero de 2017. Es decir, reclamó el 10% de los 36 millones de euros que los sevillistas ganaron con el traspaso.
El conjunto hispalense estuvo firme y se negó a desembolsar tal cantidad, que se situaría cerca de los cuatro millones de euros, al entender que no fue una venta, sino el pago de una cláusula de rescisión.
Ante esto, la entidad francesa recurrirá a la FIFA, que podría obligar al Sevilla a abonar la cantidad que corresponde, como ya ocurrió con Kondogbia y Keita.