El primer mazazo llegó en el minuto 54. Koulibaly asestaba la primera estocada al conjunto lacial, la del empate, pero no sería la última.
Callejón, apenas dos minutos más tarde, ponía por delante al Nápoles, y la Lazio se cortocircuitó. Se desconectó del partido y dejó a los de las faldas del Vesubio jugar a placer.
Apenas necesitaron tres minutos para completar la paliza. Fue Dries Mertens el autor del tercer gol que encajaba la Lazio en apenas cinco minutos, una remontada del todo inesperada, y que dejó la moral de los locales por los suelos.
Satisfechos con la victoria, el Nápoles levantó el pie. La Lazio, moribunda, se limitó a dejar pasar los minutos. Sólo volvió a inquietar a Reina una vez de entonces al final.
Y antes de que se decretase el fin de partido, Jorginho se unió a la fiesta anotando el cuarto y definitivo gol que puso en el marcador un 1-4 que nadie al descanso fue capaz de prever.