Ser valiente, en casa del PSG, suele ser equivalente a encajar un saco de goles. Pocos equipos castigan tanto la osadía como el tirano del campeonato francés.
No fue el caso. Porque si bien el Nimes fue valiente, no fue temerario. Jugó un partido muy serio, y estuvo muy bien plantado en defensa, ahogando por momentos el juego del PSG.
¿Qué ocurrió entonces? Que el PSG es mucho PSG, y si encima le das facilidades, te hunde. Tuvo el Nimes tres errores, y encajó tres goles. Plantó cara al PSG, pero la lógica acabó siendo aplastante.
El PSG empezó buscando el gol, como era de esperar, pero se encontró con un Nimes muy sólido atrás. Una solidez que no perdió ni tras encajar el primer gol, un 1-0 que llegó previa intervención del VAR.
Atacaba el PSG, pero no sufría en exceso el Nimes. Achicaba balones, sí, pero Bernardoni no había tenido que emplearse aún. Entonces apareció el VAR para señalar un penalti por mano del central Pablo Martinez.
El árbitro de vídeo advirtió al colegiado principal de lo sucedido, y en cuando el balón salió del rectángulo de juego, acudió al monitor a verlo por sus propios ojos. Y la repetición no dejaba lugar a dudas.
Entre el cambio de norma (eliminación de la voluntariedad en caso de que el brazo esté ocupando un hueco que no le corresponde) y el VAR, el Nimes fue condenado. No hubo protesta que valiera.
Cavani, sin Neymar, cogió la pelota y pateó un penalti durísimo, que Bernardoni, aunque le adivinase las intenciones, nunca pudo parar.
El tanto no cambió los esquemas a ninguno de los dos equipos. El Nimes continuó generando peligro con sus ocasiones aisladas, pero le faltaba claridad en el último tercio.
El PSG, por su parte, continuó apretando, y ahora sí hizo lucirse a Bernardoni, quien hizo mucho para que el Nimes se fuera solo 1-0 al descanso. Justo antes del pitido final, una fea entrada de Verratti le costó la amarilla al italiano.
El segundo tiempo comenzó siguiendo el guión del primero, y así fue hasta que el 56', el lateral Alakouch falló a la hora de cortar un centro al segundo palo. Bernat lo recogió y se lo dio a Mbappé. El atacante galo, de primeras, la puso en la escuadra y duplicó la ventaja de los parisinos.
El gol no pudo haber llegado en mejor momento. El PSG había empezado a flojear, a perder claridad en el ataque, y tras el gol, Mbappé se desató.
Poco después llegó la jugada polémica del encuentro. Draxler cometió falta y, justo a continuación, Verratti se llevó por delante a un rival, con otra entrada merecedora de tarjeta.
Para sorpresa de los jugadores del Nimes, la amarilla la vio el alemán. ¿No se supone que el VAR actuaba en caso de confusión de identidad? Parece ser que en este caso no, porque el colegiado debió sancionar la primera entrada, lo que anulaba la segunda.
Sea como fuere, el PSG se libró de ver la primera roja de la temporada, y siguió atacando. Había entrado Di María en lugar de un notable Sarabia, y fue el argentino el que marcó el tercero.
Por primera vez en el partido, el PSG se puso a apretar hasta la asfixia la salida del balón del Nimes. La jugada le salió bien. Recuperó el PSG, Mbappé recibió solo en la frontal y, con la defensa hecha unos zorros, el joven prodigio galo vio el desmarque del 'Fideo'. Di María, mano a mano ante Bernardoni, hizo el tercero.
No se jugó mucho más. Kehrer se tuvo que retirar lesionado a quince del final, y Mbappé acabó con molestias tras un mal golpeo del balón, cuando ya no quedaban cambios. El Nimes trató de maquillar el resultado, pero prefirió irse con solo tres en contra de París. Que pase el siguiente.