Alrededor de 3.000 personas se dieron cita en el estadio del Brondby. La ocasión lo merecía, ya que llegaba uno de los titanes del fútbol danés: el Copenhague.
Pero si algo tuvo de especial el partido no fue su condición de derbi, sino el regreso de los aficionados a las gradas. Eso sí, lo hicieron por una derogación especial y con condicionantes para extremar las precauciones por el coronavirus.
De los 28.000 espectadores que caben en el templo local, casi una décima parte fueron los afortunados de poder entrar a ocupar alguno de los asientos disponibles.
Esos 3.000 fans tuvieron que separarse entre sí por tres butacas a cada uno a los lados, así como por una fila tanto arriba como abajo, además de permanecer sentados durante el choque.
Se trata de un interesante camino a seguir con vistas a un futuro regreso de los espectadores a los estadios de la Liga, torneo que espera que la ocupación sea superior a ese 10% y oscile entre el 25 y el 30.
June 21, 2020