Desde que aterrizó en el aeropuerto de Mánchester a Bruno Fernandes no han parado de lloverle los elogios. El jugador del United ha caído de pie en el equipo y le ha ayudado a dar un salto de calidad.
Es por esto que antes, durante y después de cada partido las miradas se centran en él. Con su llegada Pogba ha quedado en el olvido y casi nadie pregunta ya por el galo.
En tres partidos (y nueve minutos más de su estreno en Europa League) ha conseguido un gol y dos asistencias. Fue clave para derrotar a Chelsea y Watford.
"La incorporación de Bruno nos da un sabor un poco diferente. Le gusta jugar con pases hacia adelante y correr riesgos", aseguró Ole Gunnar Solskjaer en rueda de prensa.
También su capacidad de análisis ha sorprendido al noruego: "Su imaginación y su visión general están un par de segundos por delante de muchos jugadores. Es una de sus fortalezas, él sabe lo que quiere hacer. Puede cambiar de opinión en una fracción de segundo".
Pero los elogios no le llegan solo de su técnico. Basta con que salte al terreno de juego para hacer vibrar a los presentes en la grada y ante el Brujas tendrá su primera gran responsabilidad.
Tras el empate a uno de la ida en Bélgica, Bruno Fernandes deberá demostrar por qué en tan poco tiempo se ha convertido en uno de los jugadores que más gustan a Solskjaer y a la propia grada.
Old Trafford impondrá sobre la figura del luso su primera gran prueba de fuego con los octavos de final de la Europa League en el punto de mira.