En el mercado invernal de la temporada 2009-10, el Atlético buscaba lateral izquierdo. Molinaro, que había llegado a la Juve tras el regreso 'bianconero' a la Serie A, veía que se acercaba el final su etapa en la 'Vecchia Signora'.
Tras sumar 76 encuentros en sus dos primeras campañas, únicamente participó en cinco partidos hasta diciembre, lo que le hizo cambiar de aires. Y el Atlético parecía el destino indicado.
Sin embargo, tal y como recordó en su día 'Mundo Deportivo', una buena mañana Molinaro cambió sus intenciones. ¿El motivo? Un artículo en un medio de la prensa española.
Con todo acordado para su aterrizaje en Madrid, llegó al lateral la etiqueta que le habían puesto desde España. Según aquel medio, llegaría al Atlético el "hazmerreír del fútbol italiano", apodo impuesto por su escasa calidad técnica con los pies.
Ese hecho le hizo dudar de llegar cedido al Atlético. Pensó que le costaría librarse de aquella etiqueta y empezó a contemplar otras opciones. El Stuttgart presentó una oferta más que interesante en lo económico y acabó contratando al defensa.
Ahora, a sus 35 años, Molinaro afronta el ocaso de su carrera. Una dilatada trayectoria que empezó en 2002 en la Salernitana y que, tras pasar por Siena, Juventus, Stuttgart, Parma, Torino y la Selección Italiana, le ha llevado al Frosinone en su campaña número 17.