Sobre la una de la madrugada, los medios de comunicación esperaban en la puerta de Nuba, un céntrico restaurante de Barcelona, para felicitar al delantero azulgrana.
Entonces, el padre del brasileño salió del local gritando a los medios que era una vergüenza que su hijo no pudiera celebrar tranquilo su cumpleaños y que lo dejaran disfrutar.
Pero, al ver que los medios no se movían del lugar, comenzó a agredir y zarandear a los cámaras de televisión para que dejaran de grabar.
A pesar de que los amigos de Neymar intentaron calmar al padre, el brasileño estaba fuera de sí y terminó echando a los periodistas, con la ayuda del personal de la sala.