Por cartel, este Flamengo-Peñarol era uno de los encuentros más apetecibles de la fase de grupos. Los locales, con un título de la Libertadores en sus vitrinas, y los visitantes, con cinco. Dos clásicos que, eso sí, estuvieron lejos de ofrecer su mejor versión.
Las tertulias y las apuestas daban poca vida a los uruguayos. Flamengo, con pleno hasta la fecha, lideraba el grupo con seis puntos, mientras que Peñarol había pinchado ya en la primera jornada ante Liga de Quito (2-0). Pero los visitantes sorprendieron.
En ciertas fases del encuentro, el 'Mengao' sometió a los de Diego López, pero estos supieron cumplir su rol a la perfección. Aun así, Canobbio (al que Alves le hizo una de las paradas de la jornada) y Brian hicieron trabajar al portero local, que volvió a demostrar su enorme nivel.
Diego y Gabigol tuvieron un par de acercamientos en la primera mitad, aunque no estuvieron acertados. De sus asociaciones partía la esperanza brasileña, pero el descanso llegó sin goles en el marcador.
En el arranque del segundo tiempo, Flamengo volvió a agarrarse con fuerza al papel de dominador. Sus acometidas eran numerosas aunque poco claras y los primeros minutos, salvo un remate desviado de Canobbio, fueron de dominio local.
Si bien el camino hasta la entrada de la cueva no resultó un gran problema, el 'Mengao' nunca logró adivinar el 'Ábrete Sésamo' de turno. El muro visitante, a base de orden, se hizo fuerte.
El paso de los minutos dejó a un Peñarol con más ambición y que dio trabajo a Alves en la recta final. Hasta que llegó la clave del partido: Gabigol vio la tarjeta roja en el 74' y Peñarol no desperdició la ocasión.
Viatri, ex delantero de Boca, entró al campo en el minuto 80. Diego López quiso refrescar su delantera y el resultado no pudo ser mejor. Viatri, con un remate picado y a la escuadra, ajustició a los brasileños en el minuto 87.
Los atacantes viven del gol, del oportunismo. Y Viatri demostró tenerlo. También los equipos lo hacen. Peñarol guardó fuerzas, supo reir pacientemente a la espera de su momento y, cuando lo tuvo, mejor no se pudo hacer. Los padres del oportunismo.