El Arsenal ya no manda ni en Londres. Los de Wenger siguen cavando su tumba europea y complicándose las opciones de jugar la próxima Champions. El francés, que cosechó la primera derrota de su carrera ante el Crystal Palace, no encontró soluciones al galimatías que le planteó Allardyce, que consumó una vida extra para un equipo otrora desahuciado.
Townsend golpeó primero a un Arsenal de cristal en defensa. Si bien no contaba con sus dos porteros titulares, el desastre defensivo que es el equipo ofreció demasiadas facilidades a un Palace que cuenta con calidad suficiente arriba para armar un quilombo como el que se vivió en Selhurst Park.
Un disparo de Elneny y varios acercamientos en el tramo final de la primera parte fueron la única presencia 'gunner' en el área rival. Wenger intentó reconducir la situación en vestuarios, pero sus charlas ya no engañan a nadie en ese equipo.
El Arsenal salió perdido y el Palace aprovechó el tirón para rematar la faena en cinco minutos. Primero Cabaye, al que le sobra talento para jugar en un equipo con miras más altas, y después Milivojevic transformando un penalti más buscado que forzado por Townsend. De fondo, las dos asistencias de un Zaha que se sigue reivindicando como un talento más en el país de los niños perdidos.
Tuvo un conato de orgullo entre Alexis y Bellerín, pero a este Arsenal le queda muy poquito. Y la Champions empieza a alejarse peligrosamente. La dinámica invita al Everton a soñar con Europa. El drama 'gunner', que ha sido vapuleado por sus vecinos de Londres este curso, dio pie a la alegría local, que acercó la permanencia con el holgado triunfo.
El espejo de Wenger se ha roto y este Arsenal ya no sabe donde mirarse para poder encontrar el camino en un tramo final de temporada que les hará vivir en el límite de la navaja para, al menos, jugar la Europa League el año que viene.