El partido fue primero interrumpido, y finalmente suspendido debido a los gravísimos incidentes acaecidos en las inmediaciones del Panathinaikos.
Ganaba el Olympiacos 0-1 cuando se desató la tormenta. Los ultras del Panathinaikos arremetieron contra la policía, provocando graves disturbios.
El partido ya había sido suspendido temporalmente cuando a los cinco minutos de partido un grupo de ultras logró superar los cordones de seguridad y llegar a las inmediaciones del banquillo visitante.
El alemán Marcus Fritz, colegiado designado por la Federación para dirigir este encuentro, siguiendo la norma de poner a extranjeros en partidos de alto riesgo para evitar que el miedo arbitre por ellos, decidió, tras conocer lo que pasaba fuera del Spyros Louis, suspender el partido.
Se valoró la posibilidad de dárselo por ganado al Olympiacos, pero finalmente se reanudará desde el minuto en que fue suspendido, el 72'. Se jugará lo que resta de partido lógicamente sin público.
Pase lo que pase en esos casi veinte minutos, al Panathinaikos se le descontarán tres puntos. Además, el conjunto ateniense disputará sus dos próximos encuentros a puerta cerrada.
El Panathinaikos ya arrastra una sanción de seis puntos en la presente competición, y es séptimo, con 32 unidades. En caso de caer finalmente derrotado, caerá al menos un puesto, por la nueva sanción.
También deberá pagar una multa de 94.500 euros. El encuentro no tiene aún fecha de reanudación.
El Olympiacos, por su parte, es segundo, y es el único de los cuatro grandes de Grecia (PAOK, AEK y Panathinaikos) que no ha sido sancionado aún esta temporada.
Pese a todo, tiene al PAOK de Salónica a un mundo, diez puntos a falta de cinco jornadas. El PAOK es uno de los pocos equipos europeos que aún no conoce la derrota en su liga.