Si bien en la fantástica película 'El día de la marmota' el protagonista vive constantemente en el mismo día, atrapado en el tiempo, en el Madrid tienen su particular 'parón de la marmota'. Y casi siempre tiene que ver con Gareth Bale, que se ha acostumbrado a dejar a su equipo inquieto cada vez que Gales le llama a filas.
En esta ocasión, el 'expreso de Cardiff' se marchó con su país después de terminar el partido en Vigo bastante tocado en el tobillo derecho. No existió un parte médico que reflejara una lesión, pero la cojera del galés ante el Celta fue ostensible. De hecho, durante muchos minutos Solari manejó la posibilidad de realizar una sustitución.
No fue así y Bale terminó el partido, lo que permitió a Ryan Giggs mantener a su estrella en la lista de Gales. Va a jugar, si todo sigue el transcurso de lo previsto. Los galeses tienen entre manos un partido fundamental para su devenir en la Liga de Naciones, ante Dinamarca. Este viernes, Bale pasará una prueba para ver si puede ser de la partida.
Según 'AS', los médicos de la Selección Galesa han informado al Madrid que el jugador no presenta una lesión importante. Sin embargo, en el cuadro blanco desconfían de una posible recaída que deje a Bale varias semanas fuera de los terrenos de juego. Sobre todo teniendo en cuenta que Solari tiene entre ceja y ceja sacar lo mejor de él.
Una circunstancia que, como se contó anteriormente, se viene repitiendo con el tiempo. En el pasado mes de octubre, Bale viajó a Gales entre algodones por sus aductores e incluso llegó a concentrarse. Eso sí, Giggs le reservó ante España e Irlanda. No se corrió riesgos con él y regresó para ponerse a las órdenes de Lopetegui y disputar 45 minutos frente al Levante.
En 2017, también al inicio de la temporada, Bale se incorporó con su país arrastrando importantes problemas en el sóleo. Gales se jugaba nada más y nada menos que el Mundial, lo que desató una pequeña 'guerra' con el Madrid. Bale no jugó, pero el conflicto quedó ahí y sigue vigente. Veremos cómo se resuelve en esta ocasión.