El técnico rojiblanco empezó repitiendo la fórmula que tan buenos resultados le había dado ante la Real Sociedad, con Iker Muniain por delante de Ander Capa.
Pero, como es habitual en el capitán, su tendencia a caer al centro dejó todo el carril para que el lateral lo recorriera. Sin embargo, no hubo 'feeling' entre Capa y Williams en Mallorca. Y, además, le tocó trabajar el doble en defensa.
Disgustado por lo visto, tras el descanso hizo cambios. Entró Aduriz, se marchó Córdoba y el frente de ataque se reordenó. Muniain se fue a la banda izquierda, Aduriz ocupó la punta de lanza y Williams, el carril diestro.
Y esa banda derecha no presentó mejoría alguna. Seguía siendo inofensiva en ataque, y en defensa Capa seguía padeciendo a Lago Junior.
Así que a cinco del final agotó sus cambios metiendo al joven Gaizka Larrazabal en lugar de Iñaki Williams. Y de largo fue el mejor de los tres, pero su actuación estuvo marcada por la locura de final de partido que fue el de Son Moix.
En el 91', entre los penaltis marrados por uno y otro equipo, pudo haber decantado el partido el joven extremo, pero su disparo en el mano a mano con Manolo Reina acabó pegando en el larguero.
Garitano lo probó todo y nada le convenció. Tocará trabajar duro esta semana en Lezama para solventar esas carencias detectadas en Mallorca.