Antes de medirse a Boca, River apenas había ganado dos de siete encuentros. Tras ese partido, River ha encadenado un invicto que dura ya ocho duelos.
Incluyendo Superliga, Libertadores y la misma Supercopa, River ha ganado cinco y ha empatado tres de esos ocho partidos.
También ha cambiado su actitud a domicilio. River, hasta la Supercopa, había encadenado su peor racha fuera del Monumental, igualando las seis derrotas consecutivas que marcaban su infame récord.
Desde entonces, River ha ganado tres partidos a domicilio, lo que le ha ayudado en gran medida a trepar en la clasificación de la Superliga.
Porque si hasta la Supercopa meterse en puestos de competición internacional parecía una utopía, tras ésta parece claro que al menos en la Sudamericana se meterá, y nadie descarta que, vista la progresión, siga trepando hasta colocarse en puestos de la Libertadores.
Esta buena racha se ha plasmado en goles. River ha pasado de marcar apenas seis goles antes de ganar a Boca, a convertir siete. Podría no parecer mucho, pero lo ha logrado en dos partidos menos. Su promedio goleador ha mejorado sensiblemente.
Gallardo encontró su once titular, por fin, tras muchas probaturas sin éxito. Pero no sólo los titulares rinden, también los suplentes. Y qué decir de Franco Armani. Su arquero ha firmado una racha espectacular que ha llevado a muchos a pedir su presencia en la lista de Sampaoli para el Mundial.
El 'Muñeco' ha ironizado con esta mejoría en más de una ocasión. "Jugamos mal dos meses como estrategia", dijo, en tono jocoso, tras el 2-0 en Mendoza. Quizá no fuese una táctica, pero lo cierto es que este River es otro.