No haría falta el VAR si las acciones polémicas en el mundo del fútbol fueran tan claras como la pena máxima que tuvo lugar en un amistoso entre aztecas y croatas en marzo de 2018. Sorprendió de la manera en que Layún se revolvió y, literalmente, coceó a su rival.
El jugador, que por entonces militaba cedido en el Sevilla por el Oporto, tuvo una desconexión. Porque en ningún momento tenía opción de llegar a la bola tras ser recortado, menos aún después de que levantara tanto la pierna derecha en su intento por frenar a Jedvaj.
Se trata de uno de los penaltis más claros vistos en mucho tiempo, sin duda.
La acción, a todos luces innecesarias, acabó siendo determinante para la suerte del partido. Ivan Rakitic, jugador del Barcelona, transformó desde los once metros, aunque Guillermo Ochoa le leyó las intenciones y a punto estuvo de sacarlo.