Sin sus dos gigantes, el PSG se hace humano. Tuchel prescindió de Mbappé y aún no vio listo a Neymar... y la moneda cayó de canto ante el penúltimo de la Ligue 1, donde el conjunto parisino parecía un rodillo que ante la ausencia de sus 'cracks' sangró al fin.
De heroica en heroica, el Amiens acabó firmando el 4-4 en el añadido cuando el PSG llegó a remontar nada menos que un 3-0. Una cifra que avergonzaba a Tuchel y con razón: su equipo se tomó con laxitud los primeros 45 minutos y lo pagó.
La muesca no es demasiado importante para el cuadro parisino, suma de a uno en vez de a tres sobre un Olympique de Marsella al que sacaba 12 puntos. Nada que ver con la Liga, sino con la imagen.
El Amiens salió sin presión ante su público frente a un gigante francés adormecido, y sin comerlo ni beberlo, el equipo de Tuchel se veía tres por debajo por tres deficiencias de tensión evidentes.
Guirassy abriría el marcador en el 5' tras ganar la espalda y batir con la diestra a Keylor Navas, y a la media hora, después de un dominio estéril de balón por parte del PSG, Gäel Kakuta se sacó un golazo de locos tras una desatención en un saque de banda.
Diabaté haría el tercero en el 40' tras encarar a Thiago Silva en una contra con el PSG descompuesto, pero Ander Herrera aparecería sobre el descanso para cabecear un saque de esquina y recortar distancias.
El tanto del centrocampista (esta vez lateral) español dio alas a los suyos, que no lo veían tan lejos. Tuchel movió fichas en el intermedio y a la hora de partido aparecería Kouassi, de solo 17 años, para empatar el partido en dos saques de esquina en cinco minutos.
Con el Amiens nervioso y el PSG lanzado, Icardi embocó a gol un centro raso de Bernat. Era el 3-4 y el grande parecía comerse otra vez al pez chico... pero no. Justo cuando Cavani erraba el 3-5 de manera clamorosa, en el añadido, llegaba un ataque letal del cuadro local que terminó con el 4-4 de Guirassy.
El delantero, de lo mejor de su equipo, pilló nuevamente desprevenida a la defensa del PSG y por una rendija acabó por amargar un día que parecía reconducido. Susto al líder y moraleja: sin Neymar ni Mbappé, este equipo parece más humano.