En estos últimos años, Cristiano ha llegado muy mermado al tramo final de temporada. En las dos últimas finales de Champions estuvo tocado y en la Eurocopa también llegó a medio gas.
Pero esta temporada quiso planificarse de forma diferente, con la mente puesta en la próxima Confederaciones y en reeditar la Champions con el Real Madrid para hacer historia.
Su inicio de curso fue más que discutido. No estaba cerca de sus números habituales y muchos ya le señalaban ante el tremendo bajón que estaba evidenciando. Pero el portugués se mostraba tranquilo ante las críticas.
Ganó el Balón de Oro pese a su irregular final de año y advirtió que llegaría en plena forma al tramo clave de la temporada. Desde hace unas semanas ha vuelto a ser ese Cristiano decisivo de antaño. Y ahora, con más sentido de equipo.
Ha aceptado, a veces de mala manera, los cambios de Zidane, que tampoco han sido tantos. Y entre goles y asistencias, sus últimos partidos han sido bastante positivos, tanto con el Madrid como con Portugal.
Justo cuando llega un mes de abril tremendo, con el Bayern, el Atlético y el Barcelona, Cristiano parece reencontrarse con su mejor nivel del año. Su plan está funcionando a la perfección.