Bruno era portero del Flamengo en 2010 hasta que cayó preso por asesinar y ocultar el cadáver de su esposa, Elisa Samudio, y por el secuestro del hijo de ambos, Bruninho.
En 2013, condenaron al jugador a 22 años y tres meses de cárcel por ambos delitos. Sin embargo, en febrero de este año fue liberado por un fallo judicial que atendió un recurso de habeas corpus presentado por sus abogados defensores.
El Tribunal Superior Federal decidió en votación de 3 a 1 que regrese a cumplir su pena al aceptar el pedido del procurador general Rodrigo Janot.