"No había ningún problema en la grada. La policía nos advirtió que 200 ultras muy molestos estaban la zona reservada para el Lille, se lanzaron más de 500 personas de forma desordenada en esta grada que estaba en perfecto estado. Imaginen a 500 personas que querían entrar en el campo", explicó Joannin.
Y para él, es la LFP la que debe tomar medidas al respecto. "Hace falta una profunda reflexión a nivel de la Liga sobre el desplazamiento de aficionados. Estamos viendo más y más que a algunos seguidores se les prohíbe viajar. El fútbol debe ser un espectáculo de calidad y alegre para las familias, con condiciones de seguridad total", pidió.
Por último, negó que fuera por las obras de acondicionamiento de su estadio. "Lo que ha sucedido no tiene absolutamente nada que ver con los trabajos en el estadio. Nunca supimos ni el menor problema con la valla de las gradas", afirmó.
"No hace mucho, los servicios de seguridad revisaron las condiciones del estadio. No podemos explicar lo que ha sucedido, excepto que ha cedido bajo la presión de aficionados", añadió Bernard Joannin, para finalizar.