El futbolista azulgrana había disputado siete finales de Copa del Rey antes de llegar al Wanda Metropolitano. En los siete encuentros había sido titular, pero no se había encontrado con el premio del gol. Una diana que se le resistía en un torneo en el que el conjunto catalán ha reinado a lo largo de la historia y, en especial, estos últimos años.
Su primera final copera fue en la temporada 2008-09, cuando el Barcelona se enfrentó al Athletic. En aquel partido consiguieron alzarse con el trofeo al vencer al cuadro vasco por el abultado resultado de 1-4.
En 2011 le tocó verse las caras con el Real Madrid de Mourinho. Cristiano Ronaldo fue el autor del único tanto en la prórroga, dándole el título al conjunto blanco. Iniesta completó todo el encuentro, pero no pudo hacer nada para evitar la derrota de los suyos. Volvieron a medir sus fuerzas en 2015 y el cuadro 'merengue' volvió a vencer por 1-2.
El centrocampista de Fuentealbilla volvió a enfrentarse al Athletic Club de Bilbao en 2015. En esta ocasión el Barcelona salió victorioso gracias a los goles de Messi por partida doble y de Neymar. Todo antes de encarar dos finales de Copa del Rey consecutivas en 2017 y 2018, en las que tampoco consiguió ver puerta. Sevilla y Alavés fueron sus rivales.
En la presente temporada le tocó el conjunto hispalense. El año en el que puede decir adiós. Llegó al Wanda Metropolitano con el deber de llevar un trofeo más a las vitrinas del conjunto azulgrana. Desde el primer momento, Iniesta supo que se trataba de su final, de su momento, de su posible despedida.
El centrocampista manchego estrelló un balón en el travesaño en la primera parte sorprendiendo a David Soria. En la segunda parte, aprovechó un gran pase para, con un amago, regatear al guardameta y anotar su primer gol en una final de Copa del Rey. Y posiblemente el último.