El brasileño, pese a entrar en el partido con el choque sentenciado, fue uno de los protagonistas del duelo disputado en China. Neymar no jugaba con el PSG desde que se lesionara a finales de febrero ante el Olympique de Marsella.
El cuadro parisino comenzó dominando y teniendo las primeras oportunidades de peligro de la mano de Di María y Weah. Sin embargo, pronto respondió el Mónaco por medio de Tielemans, que obligó a Buffon a estirarse para evitar el primer tanto del partido.
En apenas siete minutos, el PSG encarriló el título. Primero con Di María, el mejor de los de Tuchel, y después con Nkunku. El argentino lanzó de forma magistral una falta en la frontal del área para batir a Benaglio, que pudo hacer más.
El segundo tanto, el de Nkunku, llegó en el minuto 40. Nsoki trenzó una buena jugada por la izquierda, centró al área chica donde no llegó Weah pero sí el francés para poner el segundo en el marcador.
El Mónaco, noqueado, aguantó las embestidas del PSG antes del final de la primera parte. Jardim introdujo cambios en la reanudación que activaron el equipo. Sin embargo, cuando mejor estaban los del Principado, el cuadro de Tuchel dio el tercer golpe.
Corría el minuto 67 cuando un balón largo de Rimane le llegó en el perfil zurdo a Nsoki. El lateral se marchó con suma facilidad de Raggi, penetró en el área y le puso un regalo a Weah que se encargó de materializar en gol.
Con el choque y el título sentenciado, Tuchel decidió dar entrada a Neymar, para deleite de los miles de aficionados chinos en las gradas. El brasileño entró en sustitución de Verratti y al primer minuto ya se asoció con Di María.
No tuvo especial incidencia el brasileño en los que fueron sus primeros minutos con el PSG esta temporada. Pese a ello, y cuando el partido estaba cerca de finalizar, Di María redondeó su actuación para anotar el cuarto y último tanto del choque.