Y es que, su descenso de categoría ha sido tal que el propio Ben Arfa no puede dejar su coche en el parking de los profesionales, tal y como ha solido hacer desde que llegara al PSG.
El centrocampista tendrá que aparcar a partir de ahora en un lugar un poco más alejado de la ciudad deportiva del equipo. El parking de los jugadores del segundo equipo será, a partir de hoy, el suyo.
Este no es más que otro episodio fatídico en la carrera de un jugador que prometía ser una estrella y se acabó quedando por el camino.