"Para mí es como un Real Madrid - Barcelona". Así de contundente se mostró Míchel, el entrenador del Olympique de Marsella, que solo ha ganado tres partidos, uno de ellos en Europa.
El técnico apela a la épica para afrontar un encuentro que, si ya de por si era difícil, se presenta más complicado aún con el ambiente enrarecido que hay en el club. El Marsella visita el Parc des Princes tras cuatro partidos consecutivos sin ganar, en un contexto de crisis, para enfrentarse a un equipo que no conoce la derrota en encuentro oficial.
Con este panorama, Míchel intentará volver a la senda del triunfo al irregular Marsella, que ha perdido la mitad de sus choques, en lo que sin duda sería una buenísima inyección de confianza y moral, si logran la victoria.
En el club han saltado todas las alarmas tras ver que el entrenador, después una inicial euforia por parte de todos, no ha sabido reactivar a un Marsella convulsionado tras la salida de Bielsa a las primeras de cambio.
No era fácil la tarea de Míchel, que llegó con la temporada empezada para dirigir a un equipo hecho por y para el argentino. El técnico echó más leña al fuego al poner en duda el compromiso de algunos de sus jugadores.
No son muy esperanzadores los antecedentes en este duelo que más bien parece un clásico, ya que enfrenta a las dos mayores ciudades del país, a dos aficiones antagónicas con una rivalidad fuerte y antigua.
El Marsella lleva 301 minutos sin ver puerta en el estadio del PSG, que ha ganado en los últimos cinco partidos disputados ante el conjunto de Míchel en el Parc des Princes.
Los parisinos suman nueve encuentros imbatidos ante el Marsella. ¿Conseguirán el décimo o logrará Míchel resucitar a su equipo?