No todos los equipos pueden presumir de jugar bien, divertir a su afición y, además, conseguir la victoria. El Rayo Majadahonda lo consiguió en la tarde noche de este lunes. El rival fue el Lugo, cuya reacción llegó muy tarde en un animado Wanda Metropolitano.
El duelo empezaba con la tónica que veríamos durante casi todo el partido. El plantel local quiso meter desde el primer minuto una marcha más al encuentro, que el balón no pasara tanto por la medular sino por las porterías.
Primero avisaban Aitor Ruibal e Isaac Carcelén. La velocidad del tridente ofensivo del Rayo da miedo. El Lugo tardó en entrar en el partido, algo que debemos destacar en el buen hacer del conjunto de Antonio Iriondo.
El cuadro 'rayista' mantenía la posesión y la afición del Wanda disfrutaba de un estadio espectacular. Sin embargo, este equipo tiene muchas variantes y no sufre cuando se encuentra sin el esférico.
Una idea clara: robar y contragolpear
Cuando el Lugo pasaba de la línea medular, la presión de la sala de máquinas madrileña era asfixiante. De este modo, llegaría el único gol del partido. Enzo Zidane y Óscar Valentín fueron rápidos al cruce para robar y montar el contraataque.
Aitor García se lo guisó y él mismo se lo comió. El extremo cedido por el Cádiz condujo, se acomodó el balón y se sacó de la chistera un chutazo que perforó la escuadra derecha de la portería de Juan Carlos. Uno de los goles de la Jornada 4.
El equipo intentó reaccionar, pero no se movería el marcador al descanso. Tras la reanudación, el guion se mantuvo y quizás se acentuó en favor del Rayo Majadahonda. Ruibal tuvo el 2-0 en sus pies y el técnico del Lugo, Javi López, tuvo que acudir al banquillo en busca de soluciones.
La entrada de Lazo dio mucha verticalidad a los gallegos, mientras que Cristian Herrera aportó presencia ofensiva. Los visitantes iban encerrando a su rival con más empuje que organización.
Los de Antonio Iriondo aprovecharon la velocidad de los recién entrados Nico Schiappacasse y Toni Martínez para seguir metiendo miedo a la zaga del Lugo. Los últimos minutos fueron un auténtico acoso y derribo hacia la meta del capitán Basilio.
José Carlos no lograba igualar el marcador a la salida de un córner. Finalmente, el Rayo consiguió defender el resultado y mostró sus garras en la zona de atrás. Tres puntos muy importantes y los primeros como local para una de las revelaciones de Segunda.