La lucha por la permanencia acentúa los nervios de los jugadores, que no logran mostrar su verdadero nivel. El Nàstic no levanta cabeza. Esta semana lo ha demostrado, a pesar de las buenas sensaciones sacadas frente a Las Palmas.
El Rayo Majadahonda no estaba tampoco para tirar cohetes. El equipo 'majariego' todavía no había vencido en el Cerro del Espino, ni tampoco lo había hecho en este año 2019. Nada más y nada menos.
Los de Iriondo no han conseguido mantener el buen nivel del principio de temporada, pero siguen luchando cada punto. En esta ocasión se llevaron los tres puntos por una renta mínima de un gol, que llegó por mediación de Luso en una chilena espectacular a los 15' de juego.
El Nàstic debía buscar el gol desde lejos, ya que se le acababan las ideas en zona de tres cuartos de campo. Al final del primer tiempo apretó, pero se trataba de un espejismo más territorial que otra cosa.
Tras el paso por vestuarios, el Rayo dio un paso adelante y no permitió al cuadro tarraconense hacer su juego. Mantuvo la posesión lo necesario y empezó a parecerse al Rayo que fascinó en las primeras jornadas de la competición.
Fali es el claro ejemplo de la descoordinación del Nàstic actualmente. El centrocampista valenciano regresó al once tras dos partidos de sanción, pero en el 73' se marchó expulsado por doble amarilla. Dos veces en las que llegó tarde.
Cotán debutó por el Nàstic y Héctor Hernández tendría las suyas para el Rayo nada más entrar. El resultado no se movería. El conjunto madrileño resiste y aumenta su colchón con respecto al descenso a cuatro puntos.