El 'Clásico' de Valdebebas, ese en el que quedaron más patentes que nunca estos tiempos de pandemia, se lo anotó el Real Madrid, mucho más práctico que un Barça que terminó más de una hora en descifrar el duelo y que se quedó literalmente sin tiempo para solventar sus numerosos errores en la primera parte.
LaLiga se pone al rojo vivo con este triunfo 'merengue' y los tres primeros quedan en un punto de diferencia en relación a un Atlético de Madrid al que esta vez ha favorecido su gran rival: los 'colchoneros' vuelven a depender de sí mismos de forma exclusiva para conquistar el campeonato.
De salida, los miedos superaron las certezas en unos y otros. Zidane y Koeman reforzaron el centro del campo a costa de perder potencial ofensivo, aunque solo lo del galo siguió un plan: mucha posesión para el Barça y juego a la expectativa de un Real Madrid que ya dejó de avergonzarse hace tiempo de plantear estos partidos al contragolpe.
Falta de ideas en el Barça
El Barça tuvo el balón casi tanto como hace años (69%) ante su eterno rival, pero no hizo nada de valor. Dembélé no sabe jugar de '9' y el hecho de alejar tanto a De Jong de la defensa hizo que ninguno de los tres centrales generasen peligro con el balón. Movían el balón de lado a lado, sí, pero con nulo peligro. Defensa y centro del campo 'culés' estaban desconectados porque Busquets ya no es el que era y el neerlandés y Pedri estaban muy alejados.
El Real Madrid solo tuvo que esperar su momento. El paso de los minutos destapó grietas en un Barça demasiado volcado sin necesidad. A los blancos ni les hacía falta recuperar cerca del área rival. Lo hacían en área propia, pero salían como fechas al contragolpe. Tras una polémica acción de Casemiro sobre Messi, que Gil Manzano no consideró como falta, llegó el primero. Valverde, como en el Camp Nou, echó a correr y sirvió para Lucas, que encontró en el primer palo a Benzema. El galo hizo una genialidad, sí, pero quedó claro por qué Piqué había forzado tanto para estar en la cita. Araujo reaccionó tarde y regaló un remate al primer palo en el que Ter Stegen también pudo hacer algo más.
Ni cuando encontraba superioridades a la espalda del centro del campo el Barça daba sensación de peligro real. Pedri no tuvo su día, a Messi le costó bastante aparecer con soltura y Dembélé seguía perdido en el centro del ataque. En cambio, el Real Madrid sentenció en su segunda llegada. De nuevo apareció en la fotografía Araujo, quien trabó a Vinicius al límite del penalti en un contragolpe con tremendo espacio de los 'merengues'. Kroos completó su semana fantástica con un tiro inofensivo que se convirtió en imposible tras tocar en la espalda de Dest.
El golpe anímico lo acusaron los de Koeman, que a punto estuvieron de encajar el tercero en otra llegada cortada por el mismo patrón. Valverde se estrelló con la madera y Ter Stegen evitó el 3-0 con su primera gran intervención en el rechace ante Lucas. El Barça era pura impotencia y el Real Madrid, una bala al contraataque.
No hubo mejoría azulgrana hasta la segunda parte, aunque Messi se dio el lujazo de intentar un gol olímpico que lleva tiempo buscando y que en el 'Clásico' se quedó a centímetros de lograr, pues se dio de bruces con la madera.
El Madrid aguanta la épica 'culé'
Superado táctica y técnicamente en la primera parte, el Barça apeló a la heroica en la segunda parte, como ante el Sevilla o en Granada en Copa del Rey. Los azulgranas se volcaron y agradecieron la entrada de Griezmann, quien, si bien no estuvo muy acertado, sí que ayudó a recomponer el desacertado esquema del primer tiempo.
Mingueza dio alas al Barça con un remate poco ortodoxo a centro de Messi justo cuando el partido estaba más roto y las contras blancas, con más espacio, eran vertiginosas. Para entonces, ya caía en Valdebebas un aguacero que terminó por marcar el final del choque. Zidane supo ver que a los suyos les empezaba a faltar el fuelle e hizo un triple cambio que sostuvo al Real Madrid hasta el arreón final 'culé'. Se le escaparon a los de Koeman ahí unos cuantos minutos por el buen hacer 'merengue' y por la pérdida de tiempo de un Gil Manzano que tuvo problemas con el intercomunicador y no añadió lo suficiente después.
De eso se quejó el equipo azulgrana, pero también de un posible penalti por leve agarrón de Mendy a Braithwaite con el Barça ya volcado. Los últimos minutos, al margen de la roja a Casemiro en un minuto, tuvieron de todo. Ocasiones de Messi de falta, chut de Ilaix que se fue alto y remate de volea del canterano en el 94' que se estrelló en el larguero y que hubiera dado dado cierta justicia a un 'Clásico' memorable, en el que los azulgranas perdieron la ventaja que tenían en el campeonato en relación a los blancos. Ahora le tocará a ellos esperar un doble fallo para ser campeones, todo lo contrario que a un Real Madrid que acabó con más bajas por lesión (Lucas, Valverde...), pero que mostró su corazón y confirmó que la Champions no es su único objetivo hasta junio.