El Royal Antwerp rompió los pronósticos y se alzó, 28 años después, con su tercer título de campeón de la Copa de Bélgica, tras imponerse este sábado por 0-1 al Brujas, que se quedó sin el ansiado doblete.
Ni el claro cartel de favorito con el que arrancó la contienda el Brujas amedrentó al Antwerp, que no dudó desde el principio en ceder la posesión de la pelota a su rival.
Pero si el balón fue del Brujas, las ocasiones fueron del Antwerp, que, a la contra, dispuso de tres claras ocasiones de gol en el primer cuarto de hora de juego.
Sin embargo, ni el congoleño Dieumerci Mbokami, ni el camerunés Martin Hongla, ni el noruego Simen Jukleroed lograron batir a un sobresaliente Simon Mignolet, que salvó con sus paradas a su equipo.
Nada pudo hacer, sin embargo, el guardameta internacional belga por impedir que finalmente el israelí Lior Refaelov pusiera por delante en el marcador (0-1) al Antwerp a los 25 minutos, tras culminar una nueva contra conducida por el noruego Jukleroed.
Un gol que no cambió para nada el guion de un partido en el que el Antwerp castigo la estéril posesión del Brujas con sus velocísimos contragolpes.
Pareció reaccionar el Brujas en el arranque de la segunda mitad con un remate de cabeza del ucraniano Eduard Sobol, tras un centro de Charles de Ketelaere, que despejó con apuros la zaga del Amberes.
Una ocasión que pareció despertar definitivamente al Brujas, que, por fin, logró dotar a su juego de la mordiente ofensiva de la que careció en los primeros 45 minutos.
Pero si en la primera mitad Mignolet evitó con sus paradas que el Antwerp lograra una mayor renta, en la segunda el protagonismo recayó en el portero del Amberes, el croata Davor Matijas.
El cancerbero balcánico impidió con dos buenas intervenciones a los 66 y 71 minutos que el senegalés Youssouph Badji, que entró en el terreno de juego en la segunda parte, lograse el tanto del empate para el Brujas.
Aunque la ocasión más clara para el Brujas llegó a los 81 minutos en un cabezazo desde el interior del área del senegalés Krepin Diatta que se marchó por encima del larguero.
Una falta de acierto que a punto estuvo de costar muy cara al Brujas, que vio cómo el defensa marfileño Simon Deli arrebató la pelota a Didier Lamkel Ze cuando el camerunés se disponía ya a encarar en el uno contra uno al portero Mignolet.
Contras que no impidieron que el Brujas se volcase en los minutos finales sobre la portería del Antwerp en busca del gol que le permitiese forzar la prórroga. Un tiempo extra que nunca llegó, pese a que el Brujas dispuso en a cuatro minutos del final de una nueva clara ocasión en las botas de Siebe Schrijvers, que vio como su disparo lejano se marchó por centímetros fuera de la portería.
Acción que reflejó como pocas el quiero y no puedo en el que se convirtieron los minutos finales del choque para el Brujas, que pagó con la derrota su incapacidad, especialmente en la primera parte, para dotar de peligro a su dominio del balón.