No es casualidad la transformación que ha experimentado el cuadro 'neroazzurro' esta campaña. Gran parte de ello estriba en la disciplina de su entrenador, que no perdona una, como quedó claro en el entrenamiento de este martes en las instalaciones del equipo.
Antes y durante el entrenamiento, llovió a mares en Milán. No fue excusa para Antonio Conte, que puso a mojarse a los suyos para dejar claro que el esfuerzo no se negocia.
No se escondió el ex del Chelsea, que sufrió también los rigores del aguacero y, aun así, se mantuvo inflexible presidiendo cada ejercicio y siendo parte activa de los mismos.
15 de octubre de 2019