Cristiano Ronaldo es uno de los mejores jugadores del mundo, eso está claro. Posee características muy diferentes a la del otro crack mundial Leo Messi. El portugués es un portento físico, pura potencia, y ser consciente de ello lo ha hecho trabajar día a día sin descanso para conseguir llegar dónde lo ha hecho.
Pero la espectacular estructura musculo-esquelítica que presenta Cristiano Ronaldo no es producto de la casualidad, más bien al contrario. Se trata de una estricta rutina de entrenamiento y hábitos saludables y nutricionales mantenidos en el tiempo durante años.
Según desvela Laszlo Bölöni, que trabajó con el portugués en su etapa juvenil en el Sporting de Lisboa, ya desde muy joven, Cristiano presentaba condiciones físicas por encima de la media de jugadores de su edad.
Bölöni se encargó de que Cristiano Ronaldo comprendiera que, gracias a sus condiciones físicas, debía centrarse en un juego eficaz por encima del espectáculo. "A veces, basta con un simple cambio de ritmo y no hacer cinco, seis o siete bicicletas", explicó el ex futbolista del Steaua.
Debido a su juventud cuando comenzó a despuntar, Bölöni decidió mover a Cristiano a la banda para que desde allí pudiese desplegar todo su potencial y retirarlo así de la zona de influencia de los centrales y los continuos contactos nada beneficiosos para un jugador tan joven.
Cuando aterrizó en Manchester ya se había acoplado al juego en la banda, por lo que Ferguson lo mantuvo pegado a la cal.
Fue a su llegada a la Premier, una liga de mucho contacto físico, cuando decidieron implementar el entrenamiento del portugués con un plan de musculación que incluía trabajo de explosividad con saltos.
Gracias a este programa, entre otros factores, el astro portugués dio el salto de calidad para convertirse en una estrella mundial y posteriormente fichar por el Real Madrid.
Parece por tanto, que a partir de conocer a Bölöni, el líder del Real Madrid y de la Selección Portuguesa comprendió la importancia de cuidar el físico y desde entonces, lo lleva practicando a rajatabla.