Alentados por las más de 13.000 gargantas que se dejaban la voz por su equipo en el Camps d'Esports de Lleida, los locales salieron con mucha más intensidad en la primera mitad con un gran movimiento en el centro del campo y mucha fluidez en el juego.
Diego Suárez y Urko Arroyo trataban de poner en jaque a una defensa sevillana que se fue creciendo con el paso de los minutos. Diego González comenzó a tomar iniciativa en el juego rozando la media hora del partido y los locales vieron como su dominio se venía abajo ante la intensidad de los hispalenses.
El gol, de hecho, llegó en los momentos de empuje sevillista. Diego González aprovechó un gran centro cerrado de Ivi desde el costado izquierdo del campo y mandó el balón a la escuadra con un cabezazo muy potente que hizo inútil la estirada de Crespo.
El marcador no hacía justicia con lo que se estaba viendo en el campo catalán y el Lleida, intentó poner cartas en el asunto. Estuvo a punto de marcar por medio de Diego Suárez dos veces. En la primera cazó un rechace en el área tras un fallo defensivo. Minutos más tarde disparó raso en un barullo dentro del área sevillista pero Diego González volvió a disfrazarse de héroe para sacar el peligro.
La segunda mitad estuvo más floja en cuanto a ocasiones de gol. La intensidad la pusieron los locales y el Sevilla se limitó a resistir. Urko Arroyo estuvo cerca de colocar el empate en un uno contra uno cuando el partido agonizaba pero Churriti se hizo grande para llevarse a Sevilla una ventaja por la mínima que bien podría valer el ascenso.