El Sevilla hizo del Getafe para sacar los tres puntos del Coliseum Alfonso Pérez. El conjunto de Lopetegui recuperó la sonrisa en un partido trabado pero en el que se desató en la segunda mitad.
El Getafe que desactivó al Ajax el pasado jueves no estuvo sobre el tapete del Coliseum Alfonso Pérez. Bordalás introdujo cambios epnsando en Ámsterdam y el cuadro azulón no respondió al nivel esperado.
Costó mascar el partido en la primera mitad. Primero mandó el Sevilla, pero el Getafe, como suele ser habitual con Bordalás, fue ganando terreno y metros con respecto pasaron los minutos. Metió el cuadro azulón al hispalense en su propio campo.
Tuvo que ser con un error individual como se abriese un partido demasiado trabado. Eteki, parado y en su área, se resbaló. Ello propició a Reguilón, que se había resbalado dos segundos antes, recuperar la pelota y brindarle el gol a un Ocampos que solo tuvo que empujarla.
Si el Sevilla se había marchado con una buena noticia al descanso, salió con una mala. Vaclík se tuvo que quedar en vestuarios para dar entrada a un Bono que dudó en su primer balón.
Pero el Getafe no era el mismo que en días anteriores. El Sevilla se liberó en una jugada a balón parado. Suso, que llegó al Sánchez-Pizjuán en invierno, sacó su guante en forma de bota para dejarle el balón en el segundo palo a De Jong. El holandés, lejos de tener hambre de gol, le cedió el cuero a un Fernando que solo tuvo que meter el cuerpo.
Ahí se acabó la resistencia del Getafe, que plantó la bandera blanca sobre el Coliseum antes de tiempo. El Sevilla olió sangre y sacó la versión poco vista en este 2020. Koundé hizo de Beckenbauer para plantarse en el área, tras una gran carrera, y marcar con un tiro cruzado.
El Sevilla dio un golpe sobre la mesa en una lucha por la Champions que se prevé titánica. El Getafe, a cuatro días de jugarse el pase en la Europa League, mostró su peor versión en un momento complicado.